Qué es una MAN KILLER?

Una Man Killer es una mujer dinámica, enérgica, inteligente y decidida. Es la perfecta compañera para lograr las metas en común y tener libertad para lograr las personales.


Una Man Killer nunca será sumisa ni torpe al hablar, su voz es fuerte y decidida, sabe lo que quiere, lo que le beneficia y sabe cuando dejar atrás lo que no la ayuda a ser mejor.

Como todos una Man Killer tiene sus días malos, pero de ella misma depende de que solo sea eso, un día...


jueves, 30 de septiembre de 2010

Kissing a Fool


Siempre que lo beso tomo sus mejillas con ambas manos. Si dejo de respirar por unos segundos puedo sentir como empieza a crecer su barba y como sus pómulos se derriten entre las yemas de mis dedos.

Lo que él no sabe es que ambas manos son un ancla, que sostienen mi cuerpo tembloroso y un corazón que explota por tenerlo tan cerca.

Es inevitable sentirme consumida por su aroma, tan particular y embriagante. Es inevitable no entre abrir los ojos un poco, sin que lo note, para observar como cierra los suyos.

Definitivamente dejo de respirar, no quiero perderme ninguno de los retumbos de este corazón acelerado, no puedo darme el lujo de respirar cuando enredo con mi dedo un mechón de su cabello.

Cuando rozo sus labios es como si la sangre de mis venas se convirtiera en un néctar dulce y fresco que me produce un cosquilleo mientras recorre mi cuerpo. Cuando rozo sus labios se desmorona el tiempo y no existe quién corrompa esta armonía.

Cuando suspira, notas musicales salen de su garganta y se anidan en mi oído.

Cuando me pide un beso más siento que podría engarzarme a su boca por toda la eternidad.

Porque aunque sus labios sean torpes son de tisú y terciopelo, aunque carezcan de ternura están humedecidos en deseo, aunque no susurren mi nombre puede que lo griten en sigilo cuando los embargue la soledad.

Esos labios no saben leer lo que siento, para ellos mis besos son pasajeros, no entienden que con cada uno de ellos le estoy diciendo cuánto lo quiero, y qué puedo hacer, si sé que estoy besando a un tonto, a un tonto ciego que no se ha percatado de que mis labios llevan el sabor de un amor en silencio.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Hasta dónde he de llegar?


La mayoría de nosotros vivimos en la búsqueda de aquello que nos haga sobresalir del montón, aquello que nos permita salir del tumulto y caminar sobre él. La forma en que buscamos esa distinción, esa diferenciación, no es parte de una receta rígida y mágica que dé a todos iguales resultados, sin embargo, la optimización de las habilidades, dones y capacidades, es tal vez la fórmula más utilizada para lograr el nivel de distinción que queremos.

Es así como algunos dedican su vida al deporte y encuentran aquella disciplina en la cual pueden explotar sus capacidades; otros se dedican a recopilar información, a empaparse de conocimiento y poder exaltar su intelecto; otros deciden apostar al carisma, a la facilidad de entablar relaciones y mantener contacto con los demás, para encontrar algo que los haga brillar entre los demás individuos, y así existen miles de ejemplos de escenarios donde nuestras habilidades son el estandarte para subir escalones y poder apreciar un horizonte diferente.

Pero qué pasa cuando nos damos cuenta que nuestro horizonte no puede ser tan extenso, o tan brillante, o tan colorido como pensábamos, no porque medie la mediocridad, sino más bien como resultado del entorno o de una capacidad en cierto punto limitada?.

Ejemplo de esto es aquel atleta que ha sudado la gota gorda en fuertes entrenamientos, ha hecho de la disciplina su religión, pero aún así sabe que no puede ser el número uno en lo que hace porque ya su edad no le permite competir con otros más jóvenes, o porque los recursos económicos para la práctica de ese deporte son limitados lo que no le permite contar con el mejor equipo para el desarrollo optimo de la disciplina, o por impedimento físico, etc.

Ejemplo de esto es aquella mujer que se da cuenta de que nunca va a poder tener al hombre que ama, el cual la ve como una gran amiga, por más que ella se esfuerce en ser la mujer más esplendida, atenta y comprensiva del mundo para poder atraerlo de otra manera.

Ejemplo de esto es aquel intelectual que sabe que mientras exista aquel compañero de trabajo, excelente matemático y además un brillante analista, vivirá como el segundo individuo más inteligente del lugar.

Ejemplo es aquel hombre carismático y de excelentes habilidades interpersonales pero que todo el mundo percibe como “el amigo de fulano” y vive opacado por una personalidad impresionante y atractiva de ese amigo.

Entonces cuándo es el momento idóneo para decir esto es lo que puedo dar, es a esto lo que puedo aspirar? Existe ese momento?.

Podríamos vivir siendo un excelente atleta, pero formando siempre parte del promedio, o un individuo de una inteligencia sobresaliente pero no lo suficiente para codearse con eruditos y genios, o una mujer que viva siendo la mejor amiga y confidente del hombre que ama, o el amigo y compañero incondicional del alma de la fiesta?. Vivir así es ser mediocre a pesar de que se hizo el máximo esfuerzo y que el no alcanzar el objetivo tuvo en parte como responsable el entorno, la suerte, el karma o como quieran decirle?.

“Sí te comparas con los demás, te volverás vanidoso y amargado, porque siempre habrá personas mejores o peores que tú” es lo que dice Max Ehrmann en su Desiderata de 1927, y si así fuera: no sería un esfuerzo en vano tratar de llegar a ser el número uno cuando siempre habrá quién nos sobrepase?. Cómo voy a poder saber hasta donde he llegado sin recurrir a un punto de comparación?,

Cuando es el momento para detenernos y pensar que lo que hemos logrado es lo máximo que vamos a alcanzar y si ello es suficiente para sentirnos realizados?, y si no lo es, que deberíamos hacer entonces?. Debemos conformarnos, o debemos cambiar nuestro norte?.

El deseo de superar lo que por definición somos es inagotable e imparable, por eso ante tantas preguntas a veces me resulta difícil responderme a mí misma si detenerse exactamente donde el camino te ha permitido llegar a un nivel superior pero promedio es lo indicado, o si por el contrario seguir el sendero hasta donde la vida dé es la mejor opción, a pesar de que al final del tiempo la satisfacción por lo obtenido y por lo vivido sea una verdadera incógnita.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Hoy almorcé con la locura


Hoy almorcé con la locura.

Era una cita que tenía pendiente pero que había evitado a toda costa, todos hemos pasado por esas incómodas situaciones donde un simple almuerzo se puede convertir en una verdadera tortura.

Aun no había terminado de comer mi ensalada y la locura ya me acribillaba con una mirada lacerante. Bastó con que la observara a la cara para que arrancara con su verborrea y comenzara su enjuiciamiento.

Dedicó parte del almuerzo a hacerme caer en cuenta del todo tiempo que había desperdiciado en causas perdidas, amores platónicos, cariños unilaterales sin correspondencia alguna y desamores al mejor estilo rococó.

Escuchaba sin replicar a ninguna de sus palabras, mientras pasaba de mejilla a mejilla el carpaccio de salmón que degustaba; poco a poco la locura me empezaba a caer gorda.

A nadie le gusta que le digan las verdades a la cara, sobre todo aquellas que has tratado de evitar exponer a la calidez del día, esas que escondes debajo de la falda o que doblas y ocultas entre el colchón de tu cama; hay verdades que te gustaría machacar y comértelas con el cereal en la mañana.

A pesar de esto seguí serena, rechinando el tenedor entre los dientes y tomando violentos sorbos de vino, por que las verdades que raspan se tragan mejor con carpaccio y vino, definitivamente.

El monólogo prosiguió, no sin antes hacerme ver que ella estaba para quedarse, para ser mi compañera, para volverme loca.

Fue en ese mismo instante, al escuchar tal noticia, que quedé petrificada y con el cerebro convertido en arena.

Muchas veces dije estar loca, pero nunca pensé que llegaría a estarlo.

Y así continuó la plática y se extendió el almuerzo hasta horas de la tarde, la locura no paraba de pronunciar palabras y mis oídos se derretían de tanto verbo suelto.

Entre risas entrecortadas, como si le faltara el aire, y fuertes y agudas carcajadas, me miraba de arriba abajo; luego sacaba un chistoso pañuelo de la bolsa de atrás de su pantalón y se secaba las gotas de sudor que bajaban por su frente, mientras con la otra mano jugaba con un dejo de su enredado cabello; después cambiaba el semblante, rígido y frío como el acero, y tiraba dardos envenenados por la boca, todos ellos terminaban clavados en mi pecho, uno a la par del otro... Cómo podía defenderme de la verdad absoluta?, Cómo defenderme de lo que yo mismo he creado?.

Hoy almorcé con la locura, y aún estoy en la mesa junto a ella, esperando a que nos traigan el postre, uno por aquello de la dieta, uno para compartir con mi nueva compañera.

martes, 21 de septiembre de 2010

Aléjate de mí


Aléjate de mí, lo digo en serio, aunque mi rostro te exprese otra cosa.

No extiendas tus manos intentando asirme, que si llegas a rozarme se me contraerán las venas y la piel se me convertirá en polvo.

No me hagas sufrir con tus caricias, que ya no son mías, y que a pesar de seguir siendo las mismas, ya no son aterciopeladas como antes.

Aún no te das cuenta del daño que me haces, me entristece saber que mi semblante te engañe de esa forma tan inocente.

No quiero volverte a verte, no quiero esperar bajo la lluvia por horas por alguien que no llegará, no quiero subir la mirada buscando el rostro de alguien que ya ha dado media vuelta y se ha ido, no quiero un beso que sabe a ceniza.

No sabes el daño que me has producido, no sabes que tan profundo hundiste tus dedos en mi carne expuesta, no tienes idea de cómo has manchado la claridad de lo que sentía.

Me destroza tu ceguera, tu superficialidad, me decepciona tu limitado horizonte.

Me decepciona saber que a pesar de que me he quitado capas y capas de piel aún no he conseguido borrar lo que me atormenta.

Ave María Purísima?, ese era mi guión o el suyo Padre?.


Pecadora: Ave María Purísima?, ese era mi guión o el suyo Padre?.

Padre: -----------------------------------------------

Pecadora: Le pido paciencia, no me siento en esta cajita de madera desde la primera comunión, y he de confesar (hoy que vengo con toda la convicción de sacar lo mejor de lo peor) que ese día, y de forma intencional, no confesé los pecados más espesos y malolientes.

Padre: -------------------------------------------------

Pecadora: Me pregunta qué pecados a esa edad pueden ser tan escabrosos y torcidos para no contarse?, pues muchos Padre, aunque usted no lo crea.

Padre: ----------------------------------------------

Pecadora: Cuál es mi confesión?. Bueno, muchas cosas he de confesar, toda mi vida ha sido un pecado por sí sola; a veces adrede, a veces accidentalmente, pero todas mis acciones, o por lo menos la mayoría se desencadenan en múltiples pecados.

No sé por dónde comenzar, esta vez no quiero dejar nada por fuera, ando en busca de la redención, aunque ésta sea efímera y se evapore con mi primer movimiento truculento.

Mi naturaleza es egoísta, superficial y egocéntrica. Trabajo arduamente en construir puentes sobre oscuros abismos; puentes hechos de los cuerpos de las personas que caen frente a mí.

Devoro con frenesí a los de sentimientos débiles, a los indecisos, a los cobardes, a los que dudan, a los mediocres.

Soy indiferente ante lo que no comprendo o no me es atractivo; con pulso fuerte y perfecto martilleo las conciencias de aquellos que se rodean por un inmaculada fé en lo desconocido.

Me he vuelto la reina de los excesos, he probado todo lo que es prohibido, me he dejado caer de las alturas sólo porque la suerte y la fortuna así me lo han ordenado. Nunca me percato de dónde comienzo y menos aún donde acabo, camino en círculos y beso la sombra de los mendigos que dormitan por las calles congeladas y encendidas por la luz de media noche.

Hurto lo que me plazca, incito a la violencia, quebranto las leyes, persigo a los distraídos para matarlos de miedo.

Hurgo con mi dedo la llaga que dobla de dolor, estudio con ahínco al que me rodea, sólo para conocer sus debilidades, sus temores.

El que me acompaña y me mira de frente estará perdido por siempre.

Soy la creadora del sarcasmo, de la burla, de la farsa. Me gusta dormir por décadas y despertar con la furia del que ha descansado lo suficiente.

Amar solo me ha dejado recuerdos amargos, por eso ahora me burlo del enamorado, del que sufre de la ceguera que el amor genera. Por amor me di por completa y nunca recibí nada a cambio.

Por eso me he abandonado a las pasiones de plástico y luces de neón, de cuanto en cuanto me despido de mi cuerpo y lo dejo a su suerte.

Estará pensando Padre que mi apariencia no refleja tanta juerga y porquería, pero déjeme decirle que soy una especie de Dorian Grey que oculta su inmundicia en el ático, junto al arrepentimiento.

Padre: ---     ---    ---    ---

Pecadora: No enmudezca Padre, no soy lo que piensa, no poseo estirpe sobrenatural, sólo soy una mujer que ha caído en un estanque lleno de brea y que al verse atrapada decidió no seguir batiendo los brazos y decidió embriagarse de ese líquido viscoso.

Pecadora: Ahora dígame Padre, antes de que pierda la cabeza, cuál es mi penitencia?.