Qué es una MAN KILLER?

Una Man Killer es una mujer dinámica, enérgica, inteligente y decidida. Es la perfecta compañera para lograr las metas en común y tener libertad para lograr las personales.


Una Man Killer nunca será sumisa ni torpe al hablar, su voz es fuerte y decidida, sabe lo que quiere, lo que le beneficia y sabe cuando dejar atrás lo que no la ayuda a ser mejor.

Como todos una Man Killer tiene sus días malos, pero de ella misma depende de que solo sea eso, un día...


martes, 8 de noviembre de 2011

Sí, yo soy de esas…

Que no pitan cuando manejan por miedo a que les metan un plomazo.
Que mueren de felicidad cuando encuentran una buen promo de cosméticos.
Que se les olvida persignarse cada vez que pasan frente a una iglesia.
Que no tienen ningún zapato de tacón que les quede cómodo.
Que cuando se ríen con ganas tienen una carcajada de terror.
Que cuando compran un regalo tienen que comprarse un cariñito para ellas mismas.
Que se emocionan con todo y al final no hacen nada.
Que comienzan dieta todos los lunes.
Que de cocina saben lo suficiente como para no morirse de hambre.
Que le dan campo a todo mundo cuando maneja.
Que no pueden dejar de verse en todos los espejos al alcance.
Que se ofuscan cuando detectan un pelo fuera de contexto.
Que aparentan que comen menos de lo que realmente hartan.
Que aún creen que el amor se consigue a punta de detalles.
Que ponen el despertador 10 minutos antes para dormir 20 minutos más.
Que requieren de un chocolate diario para sobrevivir.
Que compran una blusa para alegrarse los detestables lunes.
Que escriben en post it las frases bonitas que la gente les dice.
Que les encanta ir de compras al super, a comprar lo que sea.
Que prefieren parquear de trasero aunque les cueste un huevo.
Que desechan cualquier foto que no les favorezca.
Que se deprimen cuando alguien les dice gordis, indiferentemente del grado de ternura con el que lo digan.
Que tienen que canalizar su facilidad de dar amor ya sea por medio de su novio, esposo, jefe, exjefe, compañero, primo lejano, amigo, compadre, desconocido.
Que hacen por los demás lo que les gustaría que hicieran por ellas pero que definitivamente nunca hacen.
Que sin problema pueden dormir dos días seguidos.
Que no se les hace tan difícil reírse de ellas mismas.
Que sienten que la frase “Dios sabe por qué hace las cosas” le hace falta la parte donde averiguamos el por qué.
Que de vez en cuando se dan el lujo de dormir con el perro.
Que se les enchina la piel cuando escuchan una canción de Ray Charles.
Que descubren una película buenísima que todo el mundo vio hace unos 10 años cuando era un estreno.
Que mastican el chicle y lo botan justo cuando ya no le queda sabor.
Que aveces quieren dejar aflorar la rebelde que hay en ellas.
Que aunque se parezcan y cualquiera dice que hay muchas iguales, son únicas, imperfectas y sobre todo adorables.

Pintura: "Mujer Durmiendo con Perro" de Maria Sitjar.

martes, 4 de octubre de 2011

Esperando...


Sentada, solo esperando, sin hacer mucho ruido, en medio de la algarabía nocturna fumándome un cigarro mental; tarareaba en voz baja la canción “Fly me to the moon” cuando de pronto en el bar comenzó a sonar la tonada y la canción que bailaba por mi mente se escuchó por los alto parlantes.

Sorprendida abrí los ojos y cerré el pensamiento: nadie me garantizaba que así como la canción se escapó de mi cabeza no se iban a escapar los pensamientos que estaba teniendo y que estos tan entregados como descarados se escucharan claros y fuertes por todo el lugar.

martes, 30 de agosto de 2011

Alex



Es definitivamente sobre tu pecho donde mi cabeza descansa mejor.

Es en tu pecho donde los latidos delatores de mi corazón se funden con el armonioso retumbar del tuyo, donde el suspiro profundo se hunde entre los poros de tu piel, dónde la lágrima perezosa encuentra donde depositarse sin pena.

Es desde tu pecho donde la vista de lo que me rodea se hace más cálida y dulce, el mundo toma otro matiz y el aire huele a caramelo.

Abres los ojos y me miras con curiosidad; no lo hagas por mucho tiempo que mi rostro no puede disimular el nerviosismo que provocas.

Haz que se erice mi cuerpo con tu aliento, dime todo aquello que piensas tan solo entrelazando tus dedos a los míos; no te mortifiques con el después, recuerda con pasión el antes y muere en nuestro ahora.

Martiriza tu mente con mi recuerdo, que yo haré lo mismo casi de forma involuntaria, toma la almohada y susúrrale tus más profundos deseos para que cuando yo regrese ella me los confíe todos.

No sonrías así por favor que derrites la poca sensatez que me queda, tu sonrisa descarrila mi cordura y le da paso a la locura. No hay cabida para el miedo y la mesura, desbordas el caudal de mis emociones.

Acércate un poco más, que mi pecho es un lirio enrojecido por la fricción de tu cuerpo. No te detengas ante cualquier sonido, que el mundo a esta hora ya ha desaparecido.

Deja de leer mi mente, de adivinar el parpadear de mis ojos, de seguir el repiqueteo de mi corazón y el inquieto movimiento de mi cuerpo, que me veré en la necesidad de dormitar entre tus sábanas hasta que se acabe la magia.

No me ames si no lo haces con intensidad, no me toques si no dejas marca de tu paso, no me beses si no lo haces con la fuera de quién agoniza y trata de inhalar un poco de vida.

Es definitivamente sobre tu pecho donde mi cabeza descansa mejor.

Es en tu pecho donde el tiempo se congela sólo para darme el chance necesario para hacer un retrato de tu cuerpo con mis labios.

jueves, 14 de julio de 2011

De madrugada

Todas las madrugadas han sido difíciles, las primeras, las últimas, las de la próxima semana, las que vienen después de un largo reposo, las que tienen cara de trasnochadas, todas por igual han sido sufridas; creo que mucho tiene que ver el simple hecho de desenrollarse de las cobijas, abrir un ojo, mirar por la ventana y darse cuenta que aún no ha salido el sol, que afuera debe de estar haciendo un frío del carajo y que la neblina es tan espesa que no puedes ver lo que está al otro lado de la acera.

En la casa no se escucha otro sonido más que el de tus bostezos, mientras te amarras los zapatos; más de una vez, ya un poco más despierto te das cuenta de que te los has puesto sin medias.

Una vez que te pones las tenis, la pantaloneta, la camiseta, y todas las otras cosas que ocupas te vas en silencio a la cocina, a comerte algo para evitar un bajonazo de energía, previendo lo que viene.

Alistas las llaves, algo de dinero, piensas si te llevas la jacket o te lanzas al exterior sin ella, es como lanzarse a una piscina congelada, lo haces sin pensarlo mucho.

Cuando abres la puerta sientes como si el mundo entero durmiera, escuchas los grillos, te golpea el aire frío, decides estirar antes de que te empiece a entrar el arrepentimiento de haber abandonado la cama.

Miras de nuevo el cielo, el cual tiene aire de indecisión, porque puede ser por igual un cielo al inicio del anochecer o al final del amanecer, es del mismo color, tiene casi el mismo olor.

Respiras profundo, revisas tu reloj, empiezas a correr y poco a poco encuentras a tu paso un ecosistema diferente al que vez a otras horas del día, sientes como si estuvieras en el fondo del mar y te toparas cara a cara con todos esos peces extraños que habitan en el fondo del océano: vez a gente con salveques al hombro, gorra y sudadera que caminan lentamente o esperan en una esquina inmóviles, vez a perros tristes y solitarios pegados a la pared de una casa o una cantina tratando de buscar calor, miras a otro loco que corre hacia ti y que probablemente tiene varios minutos de andar en ruta, observas a uno que otro trasnochado tomador que camina rápido y se esconde de los que apenas iniciamos el día, escuchas el sonido de pájaros que nunca habías oído antes, las calles totalmente vacías, el sonido de tu trote hace eco durante todo tu recorrido, la neblina no cede y se te acumula en la congelada nariz.

Corres por lugares tan conocidos a plena luz del día pero que de madrugada parecen tan diferentes. De tanto en tanto volteas un poco nervioso pero te das cuenta que lo único que te persigue es tu tenue sombra, que aparece cada vez que pasas junto a un poste de luz y luego se esfuma.

Corres, corres y corres con el frío pegado a las piernas, no existe la presión de la competencia pero aceleras el paso para entrar en calor.

Haces lo mismo dos, tres o cuatro días a la semana, y por más que sientas la tentación de quedarte en la cama tu conciencia no te deja y el asfalto te llama, eres un adicto a esto y no tienes remedio.

Todas las madrugadas han sido difíciles, las primeras, las últimas, las de la próxima semana, las que vienen después de un largo reposo, y así seguirán siendo, pero qué se puede hacer así somos todos los adictos, no podemos renunciar a la sensación de correr y sentir que se está volando.

martes, 5 de julio de 2011

Demasiado fea para este mundo

Intento evitar a toda costa ser la persona más fea en un lugar, aunque aveces mis esfuerzos resulten infructuosos, sobretodo cuando me toca lidiar “conmigo misma” y el autosabotaje.

Me ha tocado ser la más gorda de la fiesta, o la menos animada, la que a nadie le habla, o la que cuenta chistes malos. Me ha tocado ser la mal vestida o la mal peinada, la mal maquillada, la que tiene poco busto, la que suda como un carajo, la que se le corre el rímel, la que peor baila, la que come demasiado, la que se ríe horrible, la que anda con gripe y moquera, la que anda las uñas a medio pintar, la que no tuvo chance de lavarse los dientes, la que no hace pareja con nadie, la que no sacan a bailar, la que le acomplejan sus piernas, la que nadie piropea, la que se tiene que ir temprano, la que llegó en bus, la que llegó sola, la que se siente incomoda, la que ya se quiere ir, a la que se le quebró un tacón o a la que el vestido no se le ve tan bien.

Siempre seré mas fea que tu novia, tu hermana, tu amante, tu esposa, tu vecina, tu secretaria, tu compañera de trabajo, tu nutricionista o tu entrenadora; trataré de hacer mi mayor esfuerzo para cumplir las expectativas del entorno, pero siempre habrán miles de ellas que lleven la delantera.

Con el tiempo las feas nos volvemos más inteligentes e incluso trabajamos en pulir nuevos atributos, ya sea una buena mano para la cocina, para cantar, para pintar, para mejenguear o cualquier cosa que se pueda interponer entre la percepción de los demás y nuestra fealdad.

El consuelo es que así como hay muchas hermosas y bellas mujeres que pasan por encima de tí, habrán una tantas más feas, desalineadas y poco perfectas que nosotras.

No piensen que no me amo, sé que tengo mis cosas buenas, delicadamente diseñadas y en cierta forma atractivas, esto es solo un desahogo de mi "yo superficial" que aveces se siente tan extraviado en este mundo que se sienta en una banca a pensar de qué otra cosa puede quejarse.

jueves, 26 de mayo de 2011

Delirio


Quién a delirado lo suficiente cómo para que me diga que hay detrás del arcoiris?

Quién a dejado atrás su ego y su orgullo solo para saber lo que siente ser otro, alguien invisible, alguien desdichado, alguien enamorado, alguien corrompido?.

Estoy dispuesto a dejar mis zapatos junto a la puerta e ingresar de puntillas a la habitación, sólo con el propósito de sentir el escalofriante morbo afilando mi visión,  que silenciosamente traspasa el ojo de la cerradura.

Tengo la intención de despojarme de lo que me cubre sólo para poder experimentar el frío más extremo o el calor más sublime, todo dependerá de que me ataje en mi camino.

Estoy dispuesto a delirar y cubrirme de sudor espeso, de aligerar el paso y hacer retumbar la tierra, sólo para saber si soy capaz de levantar a los muertos.

Si me lo pides me tenderé boca arriba, sobre el lodo y el pasto húmedo, y pondré atención a las melodías que salen de las raíces de los árboles, mantendré mi mirada al cielo sin pestañear ni un poco, aunque amenazantes las gotas de lluvia revienten en mis pestañas, hay algo mágico en todo aquello que no me puedo darme el lujo de perdérmelo.

Si no quieres acompañarme no lo hagas, el delirio es de naturaleza solitaria, de pronto llega y se une a tu espalda, habita en tí por días y luego se marcha, me basta con su companía, de tí yo no espero nada.

domingo, 8 de mayo de 2011

Còmo me siento hoy?


1. Como si fuera la ùnica persona en el buffet que se quedò sin postre.
2. Como si fuera la ùnica que no pudo cantar en el karaoke.
3. Como si fuera la ùnica que le robaron el bolso del armario donde todos guardaron el suyo.
4. Como si fuera la que llegò tarde a la reuniòn importante.
5. Como si fuera la mujer que derramò la copa de vino tinto en su falda blanca.
6. Como si fuera la de la foto comprometedora en Facebook de la que todos hablan.
7. Como si fuera la que se cayò cuando le tocaba dar su discurso en el escenario.
8. Como si fuera la ùnica a la que se le vieron los calzones cuando un viento levantò las enaguas de todas mientras sacaban una foto.
9. Como si fuera la mujer al que el novio le dio vuelta con media oficina y todos sabian menos ella.
10. Como si fuera la peor nota de mi clase.
11. Como si fuera la peor peinada de la fiesta.
12. Como si fuera la màs gorda de las amigas que van a la playa.
13. Como si fuera la que no sabe cocinar.
14. Como si fuera la mujer de la que anda un chisme de que es mala besadora.
15. Como si fuera la peor pagada de la oficina.
16. Como si fuera la que todos señalan como "la pobre solterona".
17. Como si fuera la unica que no sabe andar en bicicleta.
18. Como si fuera la ùnica con fobia al agua.
19. Como si fuera la ùnica a la que se le nota que tiene bigote.
10. Como si fuera la ùnica que tiene las piernas gruesas.
11. Como si fuera la ùnica que no sabe bailar en el salòn.
12. Como si fuera la unica que no sabe como darse a desear.
13. Como si fuera la ùnica que nunca a besado a dos hombres a la vez.
14. Como si fuera la ùnica con mala ortografìa.
15. Como si fuera la ùnica que tiene una carcajada espantosa.
16. Como si fuera la unica mujer que no sabe delinearse las cejas.
17. Como si fuera la unica mujer que no sabe decir "te amo" en el momento y a la persona indicada.
18. Como si fuera la ùnica que no sabe ahorrar ni un cinco.
19. Como si fuera la ùnica que se rìe de su destino.
20. Como si fuera la ùnica que sabe que un mal dìa lo tiene cualquiera :)

Ambar


Me gustan los lentes de sol color ambar, por que siempre hacen que el paisaje se vea màs càlido de lo que realmente es, por que aunque el viento sople fuerte y helado y las hojas se levanten del suelo y te golpeen el rostro, atravès de los anteojos se ven como suspiros resecos y marrones migrando hacia nuevos parajes.

Los llevo siempre en la cartera, nunca se sabe cuando amerite el usarlos, siempre hay situaciones que requieren de una dosis de calidez inmediata e indolora, como cuando te envuelves en alguna conversaciòn con un tipo cansado y estirado, que sòlo es capaz de escucharse a sì mismo y que calla tus ideas antes que èstas salgan por tu boca, entonces me veràs con la cabeza baja, revisando entre las cosas de mi bolso, buscando mis anteojos ambar para ponèrmelos y restarle importancia a su verborrea insoportablemente aburrida, mientras me pongo en "modo automàtico", sonriendo de vez en cuando, haciendole pensar que me interesa su patètico discurso.

Lo mismo pasa con las mujeres brutas y aburridas que te topas en cada esquina, hacen que con desespero busque mis gafas y con ellas eleve la vista al cielo para apreciar còmo las nubes blancas se tornan doradas y se mueven mas rapidamente hacia el infinito, mientras al nivel de suelo una urraca me tortura con su conversaciòn vacìa y predecible.

Los lentes nunca pueden faltar mientras manejo, calman mi ansiedad en las presas y me permiten fisgonear al conductor de al lado, el que va fumando, el que va peleando por celular, el que va llorando, el que va bostezando, el que va besandose con su copiloto, el que va leyendo, el que va comiendo, el que me mira, el que me ignora, el que hurga su nariz, el que lleva su mente en blanco, el que va maldito y retrasado, el que deja a sus hijos en el colegio, el que va mensajeandose con su amante, el que se rìe solo, el que va cantando, el que va agonizando, el que es un muerto en vida.

No hay paisaje que no se embellezca aùn màs cuando se admira atravès del filtro del àmbar, es como ver el mundo con ojos enamorados, es como si lo que vez latiera o tuviera mùsica, el àmbar llena de miel dulce y olorosa tu alrededor.

No se que harìa si algùn dìa me faltasen, probablemente tendrìa que hacerme a la idea de ver el mundo tal y como es, que al fin y al cabo no es tan malo, pero me tendrìa que privar de la calidez a la cual escapo de cuando en cuando, por eso siempre recuerdo donde los guardo, para que hasta que no logre tener un color ambar natural en mi mirada, tenerlos a mano y ver el mundo càlido que me rodea.

domingo, 24 de abril de 2011

Revolución


Hace un par de meses desperté con un dolor intenso en el centro del pecho.

En el momento me produjo un pánico terrible y al poseer una imaginación particularmente poderosa me vinieron a la cabeza miles de imágenes que pudieran dar respuesta al incisivo dolor, pero ninguna me preparó para lo que realmente acontecía en mí.

Hace ya un par de meses que las cosas cambiaron, no en mi entorno, sino más bien un poco más adentro, las cosas cambiaron desde lo más profundo de mí.

Cada día me daba cuenta de esos cambios, algunos más sutiles que otros pero en definitiva cambios radicales. Un día me di cuenta de que había dejado de tomar café y que éste me producía nauseas. Lo mismo pasó al encender un cigarrillo al día siguiente, prácticamente le vomité encima.

Hace un mes atrás me desperté y me di cuenta de que ya no me bastaban 8 vasos de agua al día, que era necesario beberme un litro de agua por lo menos antes de desayunar.

También noté que me daba un extraño placer el caminar descalza por la casa y que ya no me ocasionaba problemas de alergia el gato callejero que dormitaba en mi jardín.

Hace 15 días me di cuenta que perdí toda tolerancia y paciencia ante los chismes de mis compañeros de trabajo y que tampoco era capaz de soportar las retahílas desechables de los galanes que esporádicamente se atraviesan en mi camino.

Hace 22 días atrás me di cuenta que estaba locamente enamorada del encorbatado que llega solitario a la barra del bar de los viernes y que antes podía jurar que en mi puta vida lo había visto.

Ayer me levanté y al mirarme al espejo noté que tenía el cabello más largo, los ojos más pequeños y la sonrisa más grande.

Hace más o menos un mes me di cuenta de que ya no toleraba los mariscos, ni los lácteos y que me derretía de deseo por una manzana roja.

Hace dos meses me di cuenta de que odio la cocina, de que me gustan las películas de miedo y que tenía ganas de empezar a tener nuevos hobbies. A la mañana siguiente sentí unas ganas enormes de empezar a escribir un libro, me di cuenta que ya me gustaba la poesía y que me moría por una bailada de bossa nova viendo el atardecer en cualquier parte de este universo.

Hoy al levantarme, y después de casi dos meses de no sentir control sobre mí misma, por fin entendí que de qué se trataba todo esto, y es que sin previo aviso mi cuerpo y mi alma han desatado la revolución, la que yo siempre quise y nunca fui capaz de comenzar, por lo que decidieron empezar sin mí y darme la sorpresa mañana tras mañana y hacerme participe de ella en el momento en que me sintiera deseosa de serlo.

La revolución ha iniciado, lo que siempre quise ser o hacer llegará, con o sin mí, depende de mí si me lo quiero perder o lo quiero vivir.

domingo, 3 de abril de 2011

Minutos

Déjame desperdigar los minutos contigo, deja que caigan inertes al suelo, que no nos frene el afán de tratar de impedir su caída.

Colecciona cada una de las palabras que salgan al unísono de nuestras bocas, no mermes su armonía ni pases por alto lo que realmente significan, aprende a interpretar su simpleza, que detrás de cada una de ellas se levanta un complejo ecosistema de emociones.

No soples ni dejes escapar al viento tu aliento, que eso aleja los suspiros, los suspiros que viven en el aire y que al contacto con tu oreja revientan dejando un aroma a secreto.

No preguntes ni armes escenarios en tu mente, todo se da con el tiempo, más rápido o más lento de lo que esperas, no temas a lanzarte al vacío, pierde el control de vez en cuando.

Actúa como si la gente no existiera, como si ningún ojo te señalara, como si ninguna boca pudiera decir algo de tí que no te gustara; vive como si el mundo fuera un lienzo en blanco y tú escoges que pintas en él. El mundo debería estar poblado de gente espontánea.

No me catalogues como una cosa u otra, soy todas y ninguna a la vez, mi piel es de mil colores, mi temperamento cambiante y mi pensamiento variable, nunca seré la misma la mañana siguiente.

Déjame desperdigar los minutos contigo, y si pasa la brisa, los arranca del suelo y los eleva al cielo no te preocupes, a lo mejor alguien necesita de ese tiempo que hemos dejado caer más que nosotros.

lunes, 21 de marzo de 2011

En busca de más errores y más aciertos.

Resulta extenuante aveces tratar de arrinconar esos deseos incontrolables de meterme en problemas, es como si observara el mar en calma y esto me produjera migraña o ganas de salir corriendo a lanzarme a él y crear el caos entre las violentas ondulaciones del agua.

No me es posible concebir la idea de un mundo donde de vez en cuando no me quiebre la cabeza buscando la solución al nuevo problema en que me he metido, no me arriesgo a imaginar siquiera no tener por lo menos una noche de mal dormir al mes; todo por que me resulta sumamente dificil no querer poner las manos desnudas y tensas sobre el carbón hirviendo, o por que no puedo pasar a la orilla del alcantilado sin sentir que algo me llama en sus profundidades; necesito que este dolor constante de cabeza tenga una buena razón de ser.

La vida me ha hecho experta en romper lo irrompible, rayar lo inrayable, tomar lo intomable y mencionar lo inmencionable, y me ha hecho adicta a lo que no conozco, a lo que no he vivido, a lo que no he probado o a lo que no he sentido.

No creo ser la única que se autoasigna calvarios al azar o se mete donde no cabe sólo por no caer en la cotidianidad, la busqueda incesante de nuevas experiencias nos hace estar en un sección adicional de la raza humana, nos hace toparnos de frente con los que apenas vienen de camino y que muy probablemente nunca cambien de rumbo como tú o como yo.

domingo, 6 de marzo de 2011

"Puños arriba"


He cocido una a una las puntadas que dieron forma a unos resistentes guantes que ahora cubren la delicada piel de los frágiles huesos de mis manos.

Los cosí con hilo hecho a base de experiencias, consejos, mentiras, secretos, desconfianzas, inseguridades y el absorbente deseo de mantener el control.

Aprendí con los años a depurar la posición de defensa, una que me cubriera el rostro de forma casi perfecta, dejándome eso sí la oportunidad de mirar fijamente a mi contrincante, por más grande, escurridizo y desafiante que pareciera.

En muchas ocasiones partí mi labio con mi propio guante al enfrentar un golpe, pero aun así estoy segura de haberlo aminorado, ya que de haber sido directo me hubiera tirado al suelo.

Otras ocasiones fui hechizada con encantadores sonidos y arrullada por unas manos que lentamente bajaron mi guardia para luego desgarrarme el pómulo con un golpe seco. También hubo ocasiones en las que yo misma bajé los puños porque me sentí segura y fui agobiada con golpes que me dejaron más que un ojo morado, un corazón roto.

Por eso he aprendido a nunca bajar la guardia, a mantener esos puños arriba, cerca de mi cara, el izquierdo ligeramente más adelante que el derecho listos para dar un golpe frío y contundente.

Gnomo de Jardín


No me interesa tener un jardín con gnomos de yeso, ni tampoco un tendero amplio.

Tampoco me roba el sueño tener la receta del dip perfecto o tener enmarcada una “Sagrada Familia”.

Puedo vivir sin haberme puesto delantal alguno o sin tener un libro de recetas a mano.

No te preocupes si no me invitas a tu boda o a tu té de canastilla, siempre sentiré un cariño enorme por vos y un agradecimiento eterno por haberme facilitado la excusa para no estar presente.

No tengo problema en no tener en mi closet un vestido de fiesta, ni un bolso elegante, tampoco una vajilla para 6 personas y un mantel presentable.

No te sientas incómodo si no me haces la madrina de tus hijos, es entendible que busques a alguien con mayor experiencia.

Gracias por no hacerme tu niñera y pedirme cualquier otro favor más factible.

No me preocupa no tener que tender una cuna, preparar un remedio o pegar dibujos en la nevera, tampoco no saberme las canciones de Discovery Kids o quedarme callada en medio de una conversación de madres, eso me hace sentir anormal y es grandioso.

Quítame la televisión, no la necesito, puedes llevarte mi cama tampoco me hace falta, no necesito un ropero y tampoco me hace falta la secadora de pelo. Sólo déjame el espejo para tener con quien conversar.

No sé qué tan riesgoso puede ser decirte lo que realmente me mataría si llegara a faltarme, tal vez lo mejor sea que me lo guarde, para poder tener el control de aquello que me aniquila con un solo segundo de ausencia.

lunes, 21 de febrero de 2011

Soy un Florentino Ariza...


Soy una especie de reencarnación de Florentino Ariza sentada en una esquina de la cama, con lo pies desnudos y pesados como el plomo, con los brazos colgando a los costados del cuerpo, un poco encorvado. Sentado en la misma cama en la que el amor ha dado giros juguetones y se ha deshojado sin pudor mil y una vez, cama desde la cual ha esbozado sonrisas cómplices y dulces, en la misma cama donde ha jugado con mi cabello, en la misma cama donde fugaz como ha llegado se va.

Soy un Florentino Ariza que ha adormecido entre sus sábanas miles de amores, tan idénticos, que parecen venir todos en una misma caja, todos ellos lejanos, frágiles, finitos; que al final lo que provocan es recordar aquel amor fugaz que ya no está, que me abandonó.

Espero con ansías lo que no es para mí, vivo en la tortura eterna de amar a quien no me corresponde, esperando mucho, por mucho tiempo y recibiendo nada. Nada me pertenece, sólo esta cama que sigue envolviendo pequeñas motitas de amor prefabricado, pequeños destellos de luz artificial como si se trataran de una bocanada de humo para un fumador agonizante.

Desfilan ante mí amores que suplican mi presencia, que me rodean con sus brazos y me adormecen como si se tratara de cantos de sirenas, viven del éxtasis que emana de mis ojos y me consumen en sus vaivenes sin siquiera darme cuenta, hasta que vuelve a mí el vacío y la tristeza de quien recuerda que está a la espera de algo que no llega.

La vida me hace pensar en un minuto eterno, donde todo lo amado se fusiona, pero después sin previo aviso me lo cambia por un segundo efímero que desaparece en un pestañear, sin dejar ni siquiera un rastro de sabor dulce en los labios.

A veces me gustaría tomar esta cama y lanzarme con ella al fondo del mar y ahí dormitar hasta que mi cuerpo se desintegre. Desearía echar esta cama a las brasas ardientes para que se extinga entre horrorosos crujidos.

Desearía que mi voz interna no me acribille con sus argumentos de cordura y sensatez, desearía poder enterrarla para que sean las raíces de los viejos árboles quienes soporten sus lamentos.

Qué tortura!, que calvario es esta cama vacía!,

Qué tortura!, que calvario es esta cama llena de amores superfluos! cuando ella sólo está a la espera de tu regreso.