Qué es una MAN KILLER?

Una Man Killer es una mujer dinámica, enérgica, inteligente y decidida. Es la perfecta compañera para lograr las metas en común y tener libertad para lograr las personales.


Una Man Killer nunca será sumisa ni torpe al hablar, su voz es fuerte y decidida, sabe lo que quiere, lo que le beneficia y sabe cuando dejar atrás lo que no la ayuda a ser mejor.

Como todos una Man Killer tiene sus días malos, pero de ella misma depende de que solo sea eso, un día...


lunes, 22 de febrero de 2010

"Soy la plañidera del lamento de la muchedumbre"

Cuando una mankiller llora acompañada de un cigarrillo le brotan de los ojos lágrimas grises, lágrimas de ceniza.

Una mankiller sabe lo que es llorar amargamente con o sin razón, sabe llorar a todo pulmón sin emitir menor quejido, sabe gritar en el más espeso silencio sepulcral.

Cuando una mankiller llora se hace cómplice del dolor, lo deja fluir por sus venas, deja que el coagulante y frío veneno de la tristeza le presione y solidifique el corazón. Ella conoce y llora dolores propios y ajenos, es plañidera del lamento de la muchedumbre, se viste de grises y azules para acompañar al desconsuelo.

Sus lamentos no conocen reserva, se extienden como largos cabellos que azotados por el viento latiguean el rostro. Así como es capaz de entregarse al amor lo puede hacer ante la amargura más pura, aquella que la descorazona.

Su pena es infinita, su agonía vitalicia, su pasión inagotable. El duelo de su corazón es una dulce angustia, un drámatico impulso o latido brutalmente poderoso que le recuerda que la vida duele, que la vida golpea, que la vida te despierta de los sueños más añorados.

Cuando una mankiller llora sin poderlo controlar, sin saber porqué, sin respetar lugar, lo hace con tal sentimiento que su pesadumbre impregna el ambiente, sus ojos se llenan de humo, de rojas venas abultadas, de palabras entrecortadas ahogadas en húmeda melancolía.

Cuando una mankiller derrama sus lágrimas y las esparce en el tempestuoso viento no sabe que su pena tiene una razón más allá de la que ella misma creó, que la pantomima que ha levantado solo esconde un verdadero pesar. El humo que de sus labios sale tiene gotas de lluvia y reproches inaudibles, lleva también resentimiento e impotencia.

El humo que le ahúma los ojos se escapa con rapidez y le recuerda que así como éste escapa despavorido hacia el cielo, así su tristeza desaparecerá si darle explicaciones y que acechadora le aguardará hasta una próxima ocasión.

La mankiller necesita llorar de vez en cuando, sin guión alguno, a capella y con sentimiento, debe de cumplir un proceso de catarsis a corazón abierto.

Si la ves déjala llorar hasta que le duelan los pulmones, déjala llorar hasta que se le contraigan las manos, déjala llorar hasta que pida tu auxilio, déjala llorar hasta que se seque por dentro.

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